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Las escuelas de Psicología y Educación, junto con la Pastoral Universitaria, desarrollaron la charla “La ética: ciencia práctica fundada en las virtudes cristianas”, el viernes 5 de septiembre. En la formación se reflexionó sobre la importancia de la prudencia, la fortaleza y la templanza, virtudes que orientan la vida del creyente y ofrecen un fundamento sólido para el crecimiento humano y espiritual. 

En la actividad, Selene Santos, directora de la Escuela de Psicología, junto a Juan Santos, decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, ofrecieron las palabras de bienvenida, mientras que, el Rvdo. P. César Peralta, director de la Pastoral Universitaria, colocó la capacitación en las manos del Señor y leyó la semblanza del charlista, el Rvdo. P. Luis Taveras, párroco de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Cotuí. 

Durante su intervención, el reverendo Taveras subrayó que la prudencia no puede desligarse de la caridad y la misericordia, y recordó que “la verdad sin caridad puede convertirse en una espada que hiere, mientras que acompañada de misericordia se transforma en una fuerza sanadora y renovadora”. 

Asimismo, destacó que la fortaleza es indispensable para asumir con valentía las dificultades cotidianas, desde los pequeños sacrificios diarios hasta el testimonio supremo de los mártires, que con amor y fe sostuvieron a la iglesia. En este sentido, enfatizó que “el verdadero fundamento de la fortaleza es el amor, porque es lo que impulsa a una madre a defender a sus hijos o a un educador a formar con entrega a sus estudiantes”. 

La exposición también abordó la virtud de la templanza, entendida como la capacidad de orientar y moderar los placeres sensibles a la luz de la fe y la razón para vivir con equilibrio y dignidad. Se destacó que la educación actual debe ir más allá de la mera instrucción técnica y formar a personas capaces de vivir con responsabilidad, moderación y un sentido trascendente de la vida. 

Finalmente, el reverendo invitó a la Comunidad Universitaria a comprender estas virtudes no como conceptos abstractos, sino como herramientas prácticas para enfrentar los retos personales, familiares y sociales, y contribuir a la construcción de una sociedad más justa, humana y coherente con los valores cristianos. 

Para concluir, Aslini Brito, director de la Escuela de Educación, moderó el espacio donde el público manifestó sus inquietudes. 

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